En este link encontrarán un análisis muy interesante de la nueva regulación del sector energético.

De acuerdo con la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), para marzo del 2017 , el Sistema Interconectado Nacional y las Zonas No Interconectadas de Colombia estaban dependiendo, en similares proporciones, en casi 70% en el consumo de energía de fuentes hídricas, y casi 30% en energía térmica cuya fuente es el gas, datos que a la fecha no han tenido mayores modificaciones. Estos datos hacen que actualmente Colombia se encuentre como una de las cinco principales matrices de energía limpia a nivel mundial.

Esta semana nos recibió con la gran noticia de la expedición del tan sonado Decreto 0570 del 23 de marzo de 2018, por medio del cual el Ministerio de Minas y Energía pretende, como lo dice el objeto de dicho Decreto, “establecer los lineamientos de política pública para definir e implementar un mecanismo que promueva la contratación de largo plazo para los proyectos de generación de energía eléctrica y que sea complementario a los mecanismos existentes en el Mercado de Energía Mayorista”. El enfoque de este Decreto es principalmente el de fomentar el crecimiento de los proyectos antes mencionados, especialmente con las fuentes renovables de energía como la solar y/o la eólica tal como lo explicó el ministro de Minas y Energía, el doctor Germán Arce Zapata, en este mismo diario en publicación del pasado 26 de marzo de 2018.

Este Decreto tiene dos matices que deben entrar a analizarse. Como primera medida, es importante aclarar que, frente a aspectos ambientales, pese a que la reducción de emisión de gases de efecto invernadero es uno de los propósitos de la norma, ésta no tendrá un impacto relevante en ese sentido ya que, como lo mencioné previamente, en Colombia, el groso de la generación y por ende el consumo energético, proviene de energías limpias, así que, si bien se mantendrá la tendencia, no habrá mayores mejoras en los porcentajes de generación de energía limpia en el país.

Por otro lado, el verdadero impacto, y el cual hay que celebrar, es que, de cumplirse con el objeto del Decreto 0570 del 23 de marzo de 2018, la diversificación efectiva de la matriz energética a base de energía limpia en el país generará la tan necesaria seguridad y confiabilidad energética que se requiere para satisfacer de forma constante a la demanda energética del territorio nacional. Recordemos las últimas sequías que ha sufrido el país causaron un déficit energético en el país y aumentó la participación de la energía térmica en el mercado nacional.

Es cierto que este Decreto imparte una carga al mismo Ministerio de Minas y Energía, a la Creg y a la Upme, de actualizar toda la base normativa relacionada con el sector de la energía eléctrica del país, sin embargo, la sola expedición de esta norma está encaminada a consolidar una complementariedad en la ya mencionada matriz energética en Colombia, en el sentido que, en las épocas de sequía, se evitaría entrar a depender de la generación de energía a base de gas o carbón que son altamente contaminantes, y en ese orden de ideas, la falta de energía hidráulica sería suplida por energía eólica, solar y otras Fnce.

En ese orden de idea, en este momento la responsabilidad de crear las herramientas para la efectiva puesta en marcha de las disposiciones del Decreto 0570 del 23 de marzo de 2018 recae en las ya citadas autoridades, quienes deberán incentivar al sector privado a incursionar en el mercado de la generación de energías limpias con fuentes no convencionales, sin que ello afecte de manera negativa a quienes están en el negocio de la generación con base en fuentes energéticas no renovables